“Un mundo feliz” de Aldous Huxley, siempre me ha parecido una estupenda novela de ciencia ficción, aunque viendo el rumbo que está tomando nuestra sociedad, en la actualidad, esta obra podría pasar más por una crónica social que por una historia creada a partir de la imaginación de un escritor.
En su novela, Huxley nos presenta una sociedad diseñada artificialmente en la que las personas son divididas por castas según el tipo de manipulación que hayan recibido en su desarrollo embrionario. Algunas, han sido proyectadas para vivir en paz, disfrutando de los placeres de la vida (aunque siempre alejados de cualquier implicación emocional). Otras, los individuos de las clases bajas (Delta, Gamma y Epsilon), son creadas con una gran fuerza física y con una baja inteligencia (lo que les vuelve más vulnerables al sometimiento) para ser usados como mano de obra gratuita. Además, también son condicionados para rechazar la cultura, la libertad y el amor a la Naturaleza.
Huxley, en su obra, describe cómo condicionar a los bebés, por ejemplo para aborrecer la cultura, se les coloca junto a un libro y se les aterroriza haciendo sonar un ruido estridente o dándoles una descarga eléctrica. Como consecuencia del daño físico y del terror, causado por el ruido o la descarga, el niño/a acaba asociando el miedo y el dolor al estímulo neutro (libros, plantas, etc.) y rechaza cualquier contacto con la cultura, la naturaleza, etc. (que quedan por siempre asociadas al sufrimiento). Además de anular la capacidad de decisión de los niños, los gobernantes de la novela, tras este tratamiento conductual, se aseguran una renovación continua de mano de obra fácilmente manipulable. Los niños condicionados de esta forma se convierten en los trabajadores ideales, incapaces de protestar ante ninguna injusticia puesto que su voluntad ha sido quebrada desde su más tierna infancia.
Hoy en día, ya en pleno siglo XXI, las técnicas pavlovianas descritas en la novela, están prohibidas y son consideradas como herramientas de tortura. Por supuesto, de ser aplicadas a los niños, estas técnicas serían denunciadas como un claro y cruel caso de maltrato infantil y el sentido común y la justicia, acabarían rápidamente con este tipo de trato dañino y vejatorio.
Por lo menos, eso pensaba yo, hasta que hace unos pocos días me topé, en un blog de internet, con lo que me pareció que podía ser un capítulo inédito de “Un mundo feliz”. Al principio, presa del estupor que esta lectura me causó, pensé que quizás, alguien había encontrado un manuscrito del propio Huxley en su casa de la Costa Azul donde pasó una temporada y lo había sacado a la luz. Pero, por desgracia, no estaba ante una obra de ficción, sino ante la cruenta realidad a la que deben enfrentarse, en la escuela, a diario, muchos de nuestros niños.
Os dejo con un extracto del texto para que juzguéis vosotros mismos…
“Desde los tres años son sentados en grupo, distinguidos por colores indicados en las mesas de los mismos.
No pueden ir al baño cuando quieren ni cuando sienten necesidad, les enseñan a aguantarse el pis, hasta que la profesora decide ” cuando deben beber agua o hacer pipí” grita: ” mesa de color azul o mesa cuadrada al baño”.
Con tres años aprender a callar, a no pedir algo tan básico, son niños que la mayoría tienen miedo a decir de forma asertiva “quiero ir al baño y si no me meo encima”, muchos nunca han sido castigados y van al cole horrorizados y asustados ante unos profesores que les castigan y elevan el tono de voz para controlarles como el pastor con su rebaño.
Ayer mi hijo le dijo a la profesora ” cuando nos dices cuando debemos ir al baño debes pensar que somos perros” y la profesora le contestó ” Javier las normas son las normas y el colegio tiene unas normas que están para cumplirlas.”
Con este nuevo aprendizaje realmente desaprende, y espera que “otro” le diga “haz pis” o vaya cuando ya no puede retener más.
Con esta forma de enseñar a no distinguir las necesidades propias de cada uno se consigue que el niño en edad de ir al baño solo, se lo haga encima como así ha pasado.
Cada vez que releo estas palabras siento una inmensa frustración y una gran tristeza. Me avergüenza que en nuestras escuelas se permita ejercer actuaciones hacia l@s niñ@s basadas en la crueldad, la denigración y la arbitrariedad.”
Aunque parezca mentira, este texto no pertenece a Huxley, sino que está escrito por una madre que relata con perplejidad el trato que reciben sus hijos y los demás niños en su colegio. Por desgracia, la realidad supera ampliamente a la ficción y este texto resulta aún más pavoroso si tenemos en cuenta que no fue escrito hace 80 años, sino hace poco más de una semana. Además, no estamos ante un caso aislado, sino que hemos recibido más testimonios de madres que nos han contado que este abominable juego de separar a los niños en mesas de colores y pautarles cuándo pueden beber agua y cuándo pueden ir al baño es habitual, también, en otros colegios de nuestro país.
Las consecuencias de recibir este trato vejatorio, a diario, durante meses y/o años, pueden llegar a ser nefastas tanto para la salud física, como para la salud emocional de estos pequeños. Si forzamos y doblegamos a los niños en algo tan básico y natural como hacer pipí y les obligamos a aguantar las ganas hasta que el adulto decida cuándo pueden ir al baño, los pequeños dejarán de confiar en sí mismos y en las señales naturales de su propio cuerpo. No permitirles decidir, ni siquiera sobre su propio cuerpo, resulta la manera más efectiva de quebrar su voluntad, su autoestima, su verdadera autonomía y la capacidad de actuar por sí mismos. Los niños, tratados de esta forma, acaban por convertirse, durante el resto de su vida escolar y, por extensión, durante el resto de su vida adulta (ciudadanos, trabajadores), en personas fácilmente dóciles y manejables.
Como el zapador que sabe elegir qué pilar debe detonar para derribar un puente, los maestros y los psicólogos cognitivo-conductuales han encontrado una manera muy fácil de someter a los niños y evitar cualquier tipo de juicio o rebelión en las aulas. Con este tipo de manipulación, se persigue que los niños sean buenos, sumisos y obedientes, como los individuos Epsilon de la novela de Huxley.
Me pregunto a qué mente enferma y perversa se le ha ocurrido semejante forma de control de los niños. Y, peor aún, cuántos maestros y cuidadores son capaces de aplicarlo con sus alumnos sin cuestionar las consecuencias de su actuación. Sin duda, son personas que carecen de la empatía necesaria para comprender a los niños y acompañarles de forma respetuosa. Imagino que ellos mismos fueron obligados a renunciar a sus propias emociones cuando fueron niños, les forzaron a obedecer y a someterse al criterio de los adultos y, como consecuencia del trato recibido, acumulan grandes dosis de rabia y frustración que vuelcan, en cuanto tienen oportunidad, sobre nuestros hijos.
Cuidar niños, educarles, acompañarles, son trabajos importantísimos, fundamentales, y no todo el mundo está capacitado para ejercerlo (y no hablo sólo de la preparación intelectual, sino también de la psicológica y emocional). Antes de hacerse cargo de un niño, todos los profesionales dedicados a oficios orientados a la niñez (desde un profesor, pasando por un pediatra o el acompañante del comedor, etc.) deberían pasar por un proceso terapéutico de limpieza de sus propias historias personales; de no hacerlo, corren el riesgo de repetir con los niños, que estén a su cuidado, los mismos errores que sus padres o educadores cometieron con ellos.
La persona verdaderamente inteligente y consciente de esta historia es Javier, el niño. Él, un pequeño de menos de seis años, se rebeló ante el trato indigno al que estaba siendo sometido y presentó, con asertividad, su desacuerdo ante una situación tan injusta. Los niños criados con respeto son más conscientes de estas injusticias, saben valorarse y detectar las desigualdades y arbitrariedades que ejercen sobre ellos las personas que les atienden.
Javier, recibe el apoyo de sus padres en casa, pero me pregunto si con el tiempo, el colegio, ¿acabará rompiendo parte de sus ilusiones con este trato?
Si pedimos explicaciones a los profesores o directores de los centros, ellos nos dirán que resulta inviable para su organización que cada niño se levante para ir al baño cuando realmente lo necesite, que esto crearía caos y descontrol. Alegarían, estas o cualesquiera otras razones. Para mí, son excusas adultocentristas que no tienen sentido. El problema no son los niños, es el sistema. Un sistema educativo que se llena la boca con palabras como atención a la diversidad, autonomía e independencia, pero que, en realidad, masifica, unifica y estandariza a los niños para someterlos y hacerlos más vulnerables y manipulables.
Al final, como sucede siempre en nuestra sociedad, los niños acaban siendo siempre las víctimas inocentes.
Al escribir estas líneas, no dejo de pensar en todos los padres y madres que pueden estar leyéndolas y cuyos hijos hayan podido sufrir este tipo de experiencias traumáticas en sus colegios. Comprendo su preocupación y sus posibles sentimientos de culpa al pensar en los efectos negativos que este “inocente” juego pueda, o haya podido tener, sobre sus pequeños. Lamento, si en algunos momentos, he podido resultar duro, pero, considero que los padres deben saber que estas actitudes que los cuidadores ejercen hacia sus hijos son destructivas y constituyen un grave ejemplo de maltrato infantil.
Las madres y los padres somos los que tenemos que quejarnos, protestar y luchar para no permitir que unos desconocidos maltraten a nuestros hijos. Nosotros somos los que tenemos la fuerza, los que debemos unirnos para exigir que en los colegios les ofrezcan a nuestros hijos un trato digno y respetuoso, exento de crueles manipulaciones.
Desde mentelibre, esperamos que la difusión de esta entrada sirva para crear conciencia y que, entre todos, logremos el abandono de este tipo de manipulaciones tan dañinas para los niños.
Texto: Ramón Soler
Foto: flikr
Hablar de “unos desconocidos” de los profesores de nuestros/as hijos/as no me parece nada correcto. Estoy de acuerdo con algunos aspectos que aquí se relatan, pero, desde luego, se olvidan otros tantos muy importantes. No me voy a exceder, pero, el maestro/a establece con sus queridos alumnos unos vínculos afectivos también muy grandes. Los maestros/as dan a nuestros niños cariño, muchas veces, lo mejor de sí mismos. No son el enemigo, son personas que creen en las emociones, en el respeto al niño/a y en su propia individualidad. Además de interesarme por los colores de las mesas o cuando van al baño, preguntaría cómo es la asamblea, de qué hablan, cómo resuelven los conflictos, si les enseñan a leer de forma constructiva, si las matemáticas son manipulativas…
Totalmente de acuerdo contigo, esta excelente tu artículo, y me hizo recordar un titular sobre una empresa creo que en China donde a los empleados no se les permitía ir al baño para que no perdieran tiempo en ir y venir, creo que usaban pañales o algo así, por Dios que aberrante, para todos los involucrados, tristemente por las autoridades que subestiman a otros seres humanos, y personas totalmente vulneradas y manipuladas en sus derechos primordiales. Padres y madres atentos¡¡¡
No puedo estar más en desacuerdo; su articulo (al igual que el original al que alude, que también he leído) me parece pura denagogia y uba burda manipulación de lo que sucede en lis coles.
Se los separa en mesas de colores, cierto, suelen ser animalitos(toda la clase el mismo: lis conejitos, los ositos…) y luego, en función de la mesa son los ositos azules, los verdes… De ese modo se organizan mejor: organizan mejor el material que tambien tiene el mismo colir que la mesa, organizan las entradas y saludas… No creo que a ningún niño le haga ningún daño formaar parte de la mesa de lis conejos azules… Es más, por propua experiencia como madre, os diré que les hace bastante ilusión.
El tema del pipi y demás tampico es asi. Bien es cierto que van por mesas a hacer pis, a beber agua… pero eso no elimina la posibiludad de que si el nino pide pis “fuera” de ese momento se le deniegue el permiso y tenga que mearse encina. Eso es falso y demagogico. Lo que pretenden con este sistema, muy logico y nada humillante, es que la profesora no tenga que ir 25 veces en una hira a hacer pis con cada niño, que la clase se vwa interrumpida las menos veces pisibles, que exista cierto orden porque de lo contrario ( y lis que teneis hijos lo sabeis) la jornada escolar discurririia casi en exclusiva entre pises, cacas y vasos de agua… que a lis niños eso de ir para acá y para allá les encanta.
Es decir, es una mera cuestion organizativa que persigue a su vez que nuestros hijos vayan gaciendose personitas poco a pico.
Pero repiti: el hechi de que beban por turnis “de mesa”, no quiere decir que al niño que por lo que sea es mas bebedor, no se le de agua fuera de ese turno; y lo mismo sucede con las becesudades.
Estos articulos me parecen una ckara nanipulacion de ka realudad y un intento abusivo de posicionar a las personas en contra de algi con razobamientos falsos.
La infornacion es sesgada, parcial e incom0leta… y por lo tanto el articulo tambien lo es.
Sé que es un tema polémico, pero no todos los profesores os tenéis que ofender, solamente se tendrían que dar por aludidos los que apliquen estas técnicas u otras parecidas para someter a los niños.
El pasado mes de septiembre conocí en Sevilla a más de 2.000 profesores de Andalucía dispuestos a hacer las cosas de otra manera y a acompañar a sus alumnos de manera mucho más respetuosa. Me parece fantástico que haya tantos profesionales que quieran cambiar el sistema desde dentro. Debe quedar claro que no meto a todos en el mismo saco.
Si a los niños les encanta eso de “ir de acá para allá” y estar todo el día bebiendo agua y haciendo pis, será porque eso es lo que tienen que hacer cuando son pequeños. También me tendréis que reconocer que hay maestras (aunque no sean todas) a las que les encanta eso de tener a los niños sentaditos todo el día haciendo fichas. La malo de la escuela es que, entre los caprichos de unos y los de otros, siempre terminan imponiéndose los caprichos de los adultos.
Ramón Soler
Creo que Ramón ha dado con la cave; por un lado, ese tipo de personas no están preparadas para trabajar con niñ@s ni con otras personas. Estoy de acuerdo en que, probablemente, no han superado sus propios traumas y los proyectan sobre nuestr@s pequeñ@s.
Por otro lado, yo, que soy madre de una niña de 19 meses, he observado que, para muchas personas, l@s niñ@s son un estorbo, y molestan, por eso la utilización de técnicas como la coacción y el sometimiento, o incluso la ignorancia, hacen más fácil el trato con estas personitas llenas de energía que nos agotan en cualquier momento.
Y este es el verdadero problema: que, por mi comodidad, anule todo el potencial de futuro y presente que representan l@s niñ@s.
La educación está en crisis, no sólo por los recortes, sino también por los valores sobre los que se sustenta. Es más fácil educar personas basándonos en el miedo y en el control que en la libertad, la capacidad de decisión y expresión (siempre respetando al otr@) y la seguridad en un@ mism@. Y creo que es tarea de tod@s, especialmente de padres/madres y profesor@s, el crear la escuela que queremos para que nuestr@s hij@s, por encima de ser bilingües, sean felices.
Un saludo y gracias por este artículo tan interesante.
Siento lo mismo.. y nosotr@s, adultas, sometidas desde niñas con ese mismo sistema, en casa y fuera de ella, permitimos que nuestros hijos acudan todos los días a lugares donde van a ser humillados, donde no se les va a permitir ser ellos mismos. La libertad da un miedo terrible.. sobretodo a aquellos que no lo hemos sido jamás.. porque abrazarla significaría abrazar también el dolor. Las personas que más se ofenden con estos artículos es porque efectivamente les toca en esa parte tan escondida y sufriente, en la herida infantil.. a mí me importa lo que yo, como madre, puedo hacer hoy por mis propios hijos, y es evidente que sólo desde el conocimiento y la conciencia podré hacer algo.. lo demás.. me parece que sí es demagogia. No importa cuán respetuosa pueda ser una maestra en la escuela.. si en casa mamá y papá, y sobretodo mamá.. no es capaz de amarme ni sabe lo que me pasa. Buen artículo. Gracias
De verdad creen ustedes que todos los maestros sometemos a los niños? Realmente piensan ustedes que privamos de libertad conscientemente a nuestros niños en la escuela por mero capricho o por estar tranquilamente sentados sin aguantarlos friéndolos a fichas? Sinceramente, me han dejado ustedes temblando de indignación y rabia . Y no me ofendo porque en mi subconsciente esté guardado el recuerdo una maestro o maestra que me maltrató siendo alumna y ahora yo pretendo pagar mis frustraciones infantiles con mis niños. Me siento ofendida por tamañas generalizaciones sencillamente porque mis alumnos y alumnas son “mis niños”. Porque día a día, y con la que está cayendo y lo que tenemos que estar aguantando por parte de la administración, les enseño, educo e instruyo con el mayor de los cariños. Porque hay que cuidarlos como el mayor de los tesoros porque ellos y ellas son el futuro, NUESTRO FUTURO.
Señoras y señores padres y madres…. infórmense antes de opinar tan libremente. Entren en una clase de 3 años a echar un vistazo y comprueben cómo se las apaña la maestra para enseñar a 25 niños, o más, de esas edades y con cada vez menos recursos.
Y, sobre todo, háganse el favor de leer la LOMCE y dense cuenta de que tienen que emplear sus energías en protestar por otras cosas más importantes. Sepan que la educación infantil y secundaria ya no serán gratuitas. Que los presupuestos económicos destinados a cada centro irán en función de los resultados académicos de los alumnos, es decir, que en los centros en los que la ratio de alumnos con necesidades educativas especiales sea más alta (lo que conlleva una bajada del expediente académico general, dado que estos alumnos no consiguen alcanzar los objetivos mínimos por sus dificultades de aprendizaje) no tendrán ni para una fotocopia.
En fin, reflexionen, se lo ruega encarecidamente una maestra.
Querida Maite, si lees mi mensaje anterior, comprobarás que me doy perfecta cuenta de que no todos los maestros son manipuladores e insensibles con los niños. Si tú no lo eres, no deberías sentirte ofendida por esta entrada. Perteneces a esa pequeña minoría de maestros respetuosos.
Creo que estás volcando tu ira en el lugar inadecuado.
Enhorabuena, espero que continúes tratando así de bien a tus alumnos
Leer esto no me trae recuerdos … es que los vivo cada año al comenzar un curso.
Hace más de cuatro años tome las más difícil de las decisiones: dejar mi trabajo en los centros infantiles… ya me superaba las metodologías y lo que yo estaba viviendo . Tuve una etapa maravillosa en un centro Montessori pero el resto de los años mi experiencia fue de mal en peor:” niños amontonados… falta de cariño… falta de observación… y un sin fin de errores que ya no voy a describir … y ahora observo que no ha cambiado nada. En centros educativos se sigue recriminando e insultando a los niños por querer ir al baño… he conocido un caso en el que el niño prefirió con 7 años hacerse pipí porque le aterrorizaba su profe. O decirle tú no tienes remedio con la letra… pero hasta dónde estamos llegando?? con que fin estas castraciones ???? porque se funciona con el miedo??? cuando lo mejor y más evolutivo para un maestro o pedagogo es que facilite la vida a sus alumnos y que se lleven de ellos el mejor de los recuerdos . Ojala algún día tenga la fortuna de disfrutar de unas escuelas favorables y dinámica para los niños. Gracias .
No se en que colegios sucede eso…desde luego en el que van mis hijos no…mi hijo de 5 anos va al baño cuando lo necesita y bebe cuando tiene sed…
Mi hijo d 9 años como es lógico aguanta más y salen entre una clase y otra….para ni interrumpir explicación. Saludos
Querido Ramón, aparte de estar totalmente de acuerdo con Maite, creo que este sí es un lugar en el que descargar su ira, y me explico: no te ha responsabilizado a ti de las opiniones generalizadas ya que, como bien has aclarado posteriormente (y no en el artículo) no se puede generalizar, sino más bien a todas esas respuestas de padres y madres posteriores.
Por otro lado, solamente has contestado en los casos en los que no han apoyado tu artículo y ni mención a toda la gente que sí lo ha hecho… Y esto es lo que tiene escribir públicamente gente a favor y gente en contra.
Sobre el contenido te diré que me parece un poco exagerada tu comparación de los colegios con la obra de Un mundo feliz. Pero entiendo que si no se tienen hijos y te basas en lo que te cuentan o lo que lees por ahí… debe ser difícil hacerse una idea adecuada de lo que hay en las escuelas. Porque cada escuela es un mundo (feliz o no) y como bien aclaras, no se puede generalizar.
Un saludo.
Tienes razón, Bea, no he agradecido los comentarios de las maestras y mamás que han aportado sus comentarios a esta entrada, ni a las 760 personas que han dado “me gusta”. Un saludo a todas ellas y perdón por no haber respondido.
No he ido personalmente a todos los colegios del país para comprobar si aplican este método de separación por colores para ir al baño, pero sí te puedo asegurar que en la mayoría de ellos (quizás las maestras tenéis más información que yo) se utilizan distintas técnicas de castigo o de refuerzo positivo para controlar y manipular a los niños. Ya sabéis que en MenteLibre estamos en contra y denunciamos todo tipo de violencias contra los niños y estos usos son un claro ejemplo de violencia infantil. Que muchos lo usen no hace que deja de ser violencia.
Me gustaría que las maestras que os habéis sentido tan ofendidas por el artículo y que no aplicáis estas técnicas con vuestros alumnos me ayudaseis a detectar y a denunciar a vuestras compañeras que sí las utilizan, igual que hago yo cuando encuentro prácticas de compañeros psicólogos que no me parecen éticas. Como dijo Desmond Tutu: “Si te mantienes neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.
Como ya dije, los más de 2000 maestros y profesores de toda Andalucía que fueron a escuchar a Claudio Naranjo en Sevilla me dejaron profundamente impresionado y me hicieron renovar esperanzas por el futuro de nuestras escuelas.
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Cuando yo iba al cole hace 30 años… no se nos permitia ir al baño ni beber agua hasta que fuera la hora establecida por la maestra. Una vez me hice popo encima de tanto aguantarme, porque no era mi turno, eramos 34 alumnos divididos en 6 columnas y habian empezado por la mas distante de mi que siempre me sentaba en el primer puesto de la primera columna por ser la primera de la lista segun mi apellido AB.. fue el peor dia de mi vida, delante de mis compañeros, sin nadie que quisiera ayudarme. La maestra fue a buscar a otra maestra para contarle la verguenza de niña, pues me dijeron que cogiera mis cosas y me fuera a casa. Vivia a dos km de mi casa y fueron eternos, desagradable caminar asi, con los ojos llenos de lagrimas y sintiendome la peor persona del mundo. Encima tenia que volver a clases al dia siguiente y ver la cara de mis compañeros que desde entonces siempre se burlaban de mi. Yo nunca pedia ir al baño, no salia a beber agua porque mi madre me daba una cantimplora llena, ese dia pedi el baño y me dijeron que esperara mi turno, tenia 10 años y ya controlaba esfinteres perfectamente.
hola les quiero contar que vivo en francia y aca en algunas escuelas publicas en las que son mas de 30 ninos en una aula los chiquitos desde los 2 anitos que se le puede poner, bueno pasa lo mismo que lo que conta el articulo: los ninos se deben aguantar hasta que la maestra diga que ” es hora de hacer piss” y van todos de cola al bano. Una mama me conto que esa practica traumo a su hijo, que no pudo relajarse y hacer pis hasta en su propia casa. Le pregunte a esa mama que hizo al respecto y me dijo”no se, nada”, a mi me da miedo y hubiera sacado a mi hijo de la clase….. Es una cosa increible y da terror a nuestras mentes que practicas tales como esas estan tan aceptadas y legitimadas por todos, y no es una question de persona , es una question de institucion….
Para evitar generalizaciones y estigmatizaciones, sería conveniente denunciar públicamente, y también por supuesto en las correspondientes instancias institucionales, en qué colegios específicamente se realizan estas prácticas.