En la entrada anterior, hablamos de las dramáticas consecuencias emocionales y psicológicas que tienen los métodos conductistas para “enseñar” a dormir a los bebés. Vamos a aprovechar este post, para ahondar sobre el tema, pero, me gustaría llevarlo un poco más y reflexionar sobre el gravísimo asunto de la permisividad social que existe en materia de métodos violentos de crianza.
Como imagino que supondréis, Claire Verity (Clara Verdad) no es la autora del método que mostraba el vídeo de la entrada anterior. Lo único que hace es reproducir el sistema del neozelandés F. Truby King, quien lo ideó a partir de la crianza de vacas y terneros. Extrapoló sus conclusiones a los niños y desarrolló un método de educación en el que obligaba a las mujeres a reprimir sus emociones y les imponía una dura autodisciplina para criar a sus hijos. Una delicia, vamos. Aunque el método King obtuvo ya críticas desde principios del siglo XX., la sociedad británica lo aceptó de buen grado tras la segunda Guerra Mundial cayendo rendida bajo las falsas promesas que vendía de niños educados, obedientes e independientes desde muy temprana edad. Os asombrará saber, que Truby King llegó a ser nombrado Sir, el más alto reconocimiento inglés. No sé, ni sé, si quiero saber los motivos de este sorprendente nombramiento.
Podemos pensar que el éxito, entre los ingleses, de este bárbaro método de adiestramiento de bebés es fruto de la rígida educación británica que, repetida siglo tras siglo, ha dado lugar a esta moderna forma de maltrato, pero, por desgracia, no es algo exclusivo de ellos. Otros países también tienen su versión particular de estas educaciones violentas y restrictivas. En Austria o Alemania, los efectos de la pedagogía negra (sumisión y violencia sobre los débiles) fueron devastadores en el s.XX y explican gran parte de lo que supuso el origen del nazismo. Y en España, hasta hace muy poco era muy habitual escuchar aquello de “la letra, con sangre entra”.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, tenemos interpretaciones más refinadas de este tipo de maltratos escudados bajo supuestos “métodos educativos”. Sin ir más lejos, todos habréis oído hablar del método del Dr. Estivill, versión española y copia del método Ferber para enseñar a dormir, que se basa en los mismos principios coercitivos que comentamos en la entrada anterior. Todos hemos visto en varios programas de televisión la puesta en práctica de este sistema. Seguro que recordaréis la desagradable escena de un bebé llorando desconsoladamente en la habitación mientras fuera, la inalterable “profesional”, sujeta a la azorada madre que desea entrar a coger y consolar a su bebé. Pasado unos largos minutos y cediendo a la presión de la “experta”, la madre desiste, y se sienta en el suelo a llorar, mientras la “entendida” le dice que es lo mejor para ella y para su hijo. Al final, cuando el niño se duerme, todos se abrazan y celebran lo bien que han aguantado sin sucumbir al dolor del niño. Lo que muchos desconocen, pero vosotros ya sabéis, son las consecuencias a largo plazo de estos métodos sobre la salud física y psíquica de los niños.
Ha llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre. Esto es VIOLENCIA. Esto es MALTRATO INFANTIL y, lo que es peor, las consecuencias de esta educación afectarán al niño durante toda su vida. Apoyar métodos como los que defienden Verity y Estivill es estar en contra de toda la evidencia científica de los últimos 30 ó 40 años sobre la importancia que tienen en la salud de los bebés el apego, el vínculo afectivo y la lactancia materna a demanda.
Los defensores de los métodos de entrenamiento para enseñar a dormir podrían excusarse diciendo que sus sistemas no son comparables con los que defienden los cachetes o las palizas “aleccionadoras”, pero, ya vimos en la entrada anterior que las consecuencias pueden ser iguales o, incluso, peores que la conocida “bofetada a tiempo”.
No obstante, no deberíamos asombrarnos de que este tipo de métodos violentos de crianza estén tan impunemente asumidos en nuestra sociedad, cuando todavía existen muchas personas que siguen defendiendo el “cachete preventivo” o el “bofetón a tiempo”. ¿Cómo vamos a ver maltrato en dejar llorar a un bebé durante horas si muchos catedráticos, filósofos o jueces defienden la violencia física sobre los niños? Podemos leer en este escandaloso artículo de El País cosas como que el filósofo y educador José Antonio Marina admite que se pueda dar un cachete para marcar límites, pero “siempre en un contexto de cariño y no en un arrebato de nervios”. Que le pregunten al niño si le parece cariñoso el cachete. Por otro lado, el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud ha dicho en numerosas ocasiones que el azote se puede dar, siempre que sea en el momento oportuno y con la intensidad adecuada. Entiendo que es el adulto y no el niño el que elige el momento y la intensidad. Si recordamos la entrada anterior, podemos entender que son personas que han sufrido esos maltratos en su infancia, pero que no han podido madurar y evolucionar para rebelarse contra estos abusos. De hecho, prefieren seguir justificándolos antes que cuestionarse la educación que recibieron de sus padres. Los que fueron víctimas se convierten en verdugos y la violencia se perpetúa como una gran bola de nieve que cada vez se hace más grande.
Lo que más me preocupa de todo esto es la permisividad social que tenemos frente a este tipo de maltrato infantil. Todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando leemos noticias sobre la violencia de género, mujeres maltratadas o asesinadas por sus parejas, pero, parece que, cuando la víctima es un niño, lo vemos como algo normal. Las mujeres han podido luchar por sus derechos en estas últimas décadas y han conseguido que denunciemos el maltrato contra ellas, pero parece que casi nadie habla por los niños. Ellos no pueden defenderse solos y tampoco encuentran a mucha gente que se ponga de su parte. Resulta paradójico que aceptemos peor la violencia entre dos adultos que la violencia desigual de un adulto sobre un niño.
En cualquier cadena de televisión, podemos encontrarnos con expertos o famosos que opinan alegremente a favor del cachete, y presumen de que “a los niños hay que enseñarlos desde pequeñitos”. Resulta paradójico, pues se atreven a llamar a estos programas “debates”, cuando casi nunca veo que algún invitado se cuestione el maltrato en la infancia, en cualquiera de sus versiones. Me atrevería a asegurar que esos mismos contertulios que se apoyan unos a otros en contra de los niños, se escandalizaron cuando, hace unos años, el Imán de Fuengirola explicaba en un manual dónde se debía pegar a la mujer para que no se notara. Para mí, esto es un síntoma de una sociedad hipócrita y violenta.
Esta permisividad está tan aceptada que consideramos normal el “cachete ocasional” o dejar al bebé llorar durante horas. Un amigo me contó hace poco que en una reunión con otras parejas que tenían hijos, los padres coincidían en que con el primer niño cuesta más trabajo dejarle llorar, pero que con el segundo ya es más fácil, no sienten tanto remordimiento. Es algo tremendo, pero comprensible, si tenemos en cuenta lo que comentamos en la entrada anterior cuando hablábamos de cómo los padres siguen cegados por los patrones que tuvieron que asumir para sobrevivir frente a la violencia que ellos mismos sufrieron en sus infancias.
Por desgracia, esta manera de ver la agresividad sobre los niños como algo normal está tan extendida que hemos llegado al absurdo de encontrar en nuestras librerías, en la sección de Embarazo/Crianza, los libros de Estivill para dormir junto a los de Carlos González o Rosa Jové. ¡Qué barbaridad! Nuestra sociedad legitima estos métodos de crianza violentos presentándonoslos en las estanterías junto a autores que defienden una crianza afectuosa enfocada al respeto y al apego. Vivimos es una sociedad falaz. ¿Cómo puede ser igual criar a tus hijos con amor, respeto y apego que violentándolos y negándoles la más mínima oportunidad de desarrollo personal? Además, no podemos olvidar, que estos métodos de crianza violentos tienen unas graves efectos sobre la vida adulta y, en consecuencia, sobre toda la sociedad.
Si queremos que cambie la crueldad perpetua de nuestra sociedad, todos debemos denunciar e impedir cualquier tipo de violencia cometida sobre los más indefensos, los bebés y los niños.
Antes de finalizar esta entrada, me gustaría recordar que comprendo que las personas que defienden estos métodos de crianza son víctimas de sus propias infancias y de la violencia que ellos mismos sufrieron, pero entenderlos, no implica que su comportamiento tenga justificación y deje de ser maltrato infantil. Cuando devenimos padres, adquirimos el compromiso moral con nuestros hijos de hacer todo lo posible para lograr su bienestar físico, emocional y mental. Si esto implica romper con nuestros viejos esquemas mentales y superar nuestros patrones violentos heredados, tendremos que buscar la ayuda y los medios para lograrlo.
Por cierto, me gustaría saber vuestra opinión sobre el tema. ¿Qué ejemplos de violencia permitida conocéis en vuestro entorno?, ¿habéis reconocido en vuestra infancia algo de lo comentado aquí o en la entrada anterior?
Autor: Ramón Soler
Foto: flickr- catnapping
Eso, hablar claro: el método Estivill es violencia!!!
Pero lo peor no es que este señor se lucre copiando un método de otro, con un libro escrito por otra, sino que tristemente esos métodos encuentren sentido y encajen en la vida de muchas familias. 🙁
Pues yo escribo desde Mexico, acá la violencia contra los niños y bebes ha tocado fondo, desde niños trabajando 12 horas diarias en hortalizas de tomate,ya que según estadísticas 1 de cada 8 niños menores de 17 anos ya son forzados a trabajar y lo que es peor muriendo sin justicia y asesinados a manos de la delincuencia y los carteles… Hoy quede pasmada al ver fotografías de un menor de 6 anos asesinado junto a su padre, cuando hoy mismo se publica un articulo en periódico nacional que Representantes de derechos Humanos ante la ONU rinden cuentas de un Mexico sin violencia infantil, o al menos controlada, según ellos…
Me gustaría por medio de este comentario y página nos ayudaran a alzar la voz en contra de la violencia infantil, en especial donde mi país los medios de comunicación esconden la realidad…
Si quieren ver la noticia del niño asesinado, entren a la página “blog del narco” y no solamente es el único menor… Desgraciadamente hay hasta de bebes…
Reciba un saludo!
Por ultimo me gustaría agregar que estas barbaries nos deberían impulsar a amar a nuestros hijos! Responder a sus necesidades no solamente de bebes si no también de niños, siembra amor para que coseches amor… Inteligencia emocional!!!
Claro, Ileana, lo peor es que estos métodos tengan un caldo de cultivo donde son aceptados y considerados normales. Si este hombre publicara su libro y no lo comprara nadie, pues no habría problema. Sería señal de una sociedad sana y respetuosa con los niños.
Anita, me alegra ver que hay mucha gente en México que denuncia la violencia infantil. Es tremendo a qué grado de violencia se puede llegar.
Por suerte, tenemos internet para unirnos y denunciar. Cada vez somos más !
Anita, qué triste!!!
A veces nos da hasta vergüenza quejarnos de los problemas de los “niños ricos”.
Gracias, Ramón `por esta brillante valoración de la situación. Tuve la suerte de encontrar los libros de Alice Miller antes de que nacieran mis hijos (nacidos en 1988, 1992 y 1994) y fue la primera vez que en la literatura pedagógica que me senti comprendida y apoyada en lo que siempre había pensado y sentido referente a la “educación” y la infancia. El primer libro que leí fue “Por tu propio bien”. Por suerte hoy en día se encuentran más autor@s que se basan en estos conocimientos y los desarrollan, y psicólog@s que los tienen en cuenta en su trabajo (aunque desgraciadamente siguen siendo una minoría, y aun menos en el campo de la pedagogía que sigue siendo mayoritariamente conductista, y en el caso de los profesor@s de secundaria casi inexistente).
Coincido totalmente con tu valoración de como estas ideas son recibidas por la sociedad, “llorar fortalece los pulmones”, ” un cachete no ha hecho ningun daño a nadie” y semejantes barbaridades es lo que se escucha todavia tambien entre los padres y madres muy jovenes que se consideran muy “proges” en otros ámbitos. Para mi mis hijos son la mejor prueba de que “estas pedagogías bucólicas”, como las llama la psicóloga del instituto de mis hijo menor, es lo único que hace unos adolescentes y jovenes adultos conscientes, autónomos, seguros….y, contrariamente a lo que esperan sus criticos, muy amables y “educados”. A mi nunca me ha gustado la palabra educación, a mis hijos no los he educado, les he acompañado en el proceso del crecimiento y desconoczo todos los escenarios de horror que la gente pinta sobre las diferentes etapas y edades, supuestamente tan problemáticos, como la “edad de las rabietas” y la adolescencia…..a mi me encantan mis hijos y alumn@s adolescentes!!!!
MUCHO ÁNIMO A TOD@S L@S PADRES Y MADRES DE NIÑ@S PEQUEÑ@S QUE VAN POR ESTE CAMINO, MERECE LA PENA PARA TOD@S!!!
Anita, me alegraria si te pusieras en contacto conmigo. Me interesa mucho el tema de los niñ@s en México, ya que tengo una vinculación muy especial con tu lindo país, desgraciadamente tan dominado por la violencia, `precisamente por los motivos que se debaten en este blog. Un saludo, manita.
Hola,
En el artículo que twiteais hoy de El País sobre una entrevista a Estivill él se defiende diciendo que no hay ningún estudio en contra de su método (obvia, claro, los últimos datos sobre el estrés que comentas en tu artículo).
¿Hay estudios sobre los métodos conductistas?
Tengo clara mi opinión, es sólo una curiosidad “científica”.
Gracias, un saludo.
Hay otro caso para emplear la “mano dura” con los hijos, no solo porque los padres lo hayan sufrido sino cuando los padres (de hoy) tuvieron mucha permisividad cuando eran niños, y me explico. Cuando un niño le dice a su madre: Mamá hoy no quiero ir al colegio, me duele la barriga (el niño sabe que miente) La madre sabe que el niño miente y el niño sabe que la madre sabe q. está mintiendo, pero la madre le permite quedarse en casa. A largo plazo ese niño convertido en adulto ejerce una educación autoritaria con su hijo xq su experiencia es que le permitieron todo o casi todo. Y cree (el adulto de hoy, sobreprotegido de niño) que lo mejor para su hijo es el otro extremo. Y es muy defícil hacer comprender a este adulto que TODOS los extremos son malos, que la clave está en el equilibrio, que se consigue con amor + sentido común y que estamos tratando con niños.
Estoy muy de acuerdo con los articulos, dan ganas de abofetear a esa madre (jajaja hablando de cachetes) ami lo que mas me ha descolocado cuando dejan a ese bebe recien nacido en el jardin! Con el frio que hace el inglaterra siempre… No se puede decir nada mas que no se haya dicho, yo escribo por que tengo inquietudes… Soy madre primeriza tengo 25 años y siempre razono y medito mucho en las cosas, las deciciones y el camino que quiero seguir, tengo claro que quiero educar a mi hijo con AMOR, tambien pienso ( o pensaba) que si alguna vez tengo que corregir a mi hijo no estaria mal un cachete en el culete ( en momentos concretos ejemplo si esta siendo revelde) por que he visto de cerca a niños muy malcriados, pero claro leyendo articulos como este, me doy cuenta q esa madre nos les da amor, al contrario, los corrige a base de insultos, gritos (muchas veces pierde la voz) eso es lo que veo ahora que tienen 9 y 5 años, no se si fue asi desde que eran bebes, pero he pensado que si mis hijos llegaran a ser como ellos, los castigaria y si fuera necesario les daria una palmada en cuelete, pues esa madre mucho grito pero nunca los castiga, ni les pone limites y cuando intenta ponerlo los niños pasan totalmente de ella.
Bueno al punto, yo aveces me siento identificada con los terminos de respetar a la persona que tenga la autoridad, soy muy dependiente para algunas cosas, soy muy vergonzosa, muy timida, en publico casi no hablo, yo creo que hasta me toman por tontita, por que muchos me dicen que se sorprende que he cuidado tan bien a mi niño sin ayuda de nadie, entonces me hace cuestionar muchas cosas, mi mama colecho conmigo, nunca me maltrato, aveces me dio mis azotes por que recuerdo ser muy revelde y no hacerle caso, ella siempre hablo mucho aconsejandome de cosas de amigos, novios, la vida, etc.
Entonces me pregunto por que yo soy como describen ala gente que an sido maltratados o abandonados, y me hace pensar que a lo mejor con el colecho al final perjudicare a mi hijo como dicen algunas por ahi, y me gustaria saber las claves para que mi hijo no fuera como yo, pues no me siento muy orgullosa de mi misma, tambien es eso, siempre dudo si lo que hago esta bien, siento como si algunas de mis ideas no fueran correctas y aveces me hacen sentir muy mal pensar que puedo estar equivocada, no tengo confianza en mi misma.
Mi madre y sus hermanos de pequeños sufrieron maltrato fisico, mi abuelo por todo les pegaba, los tenia totalmente anulados, mi madre dice que ella no sabia pensar por si misma y que no podia ver cuando algo estaba bien o mal… Con el tiempo lo supero y ella siempre dijo que a sus hijos no los educaria con violencia, a veces conmigo tuvo que recurrir a ella por que yo era muy mala jejeje, pero con mis hermanos muy pocas veces casi nunca, lo que si creo que fallo, fue que no era ni es cariñosa, a mi me cuesta abrazar a mi madre, me cuesta decir te quiero, a mi hijo me cuesta decirle te amo ( te quiero si se lo digo) pero en realidad lo amo con todo mi ser, mi madre esta en otro pais y nunca he sentido que la necesitase, si echo de menos su compañia, pero no siento que la extraño a morir. ¿ Puede ser que la clave de que yo soy asi es que mi madre no supiera darme amor de pequeña? Ella aveces me lo ha dicho, que le gustaria que yo volviera a ser pequeña para abrazarme y besarme por que antes no lo hizo, y cuando me dice que ella no me dio amor me duele, que padre no besa a su hijo? Pero no tengo rencor ella tuvo una infancia y adolecencia muy dura y se que ella no sabia hacerlo mejor y ahora que soy madre cada vez siento menos aprecio por mis abuelos, el por que maltrato y les marco la vida a todos mis tios y a mi abuela porque se lo permitio. Espero no haberlos aburrido con mi historia, creo que eh llegado a la conclusion yo sola .
Pero la duda es, sigue siendo necesario marcar limites a los niños? como se deberia educar para que sea efectivo y sin tener que recurrir nunca ala violencia? ¿ Como se evita tener niños reveldes? Tampoco es la idea que hagan lo que quieran y desde que edad es necesario hacerlo?
Estimada Cindy,
Me alegra mucho encontrar a una madre tan joven con tantas ganas de mejorar.
El análisis que planteas sobre tu infancia me parece muy razonable. Debes tener en cuenta que los cachetes o los azotes no son el único modo de maltrato, el abandono, el desamparo o la falta de contacto físico (y emocional), también afectan al desarrollo de los niños.
¿Quién te decía que eras una niña mala y rebelde? Desde el punto de vista de tu madre, seguramente sí que lo eras y así encontraba la justificación para pegarte. Pero desde tu punto de vista, quizás eras una niña inquieta que quería investigar y aprender cosas o una niña que quería que su madre (que nunca tenía una caricia para ti) te prestase atención. Seguramente estos y otros muchos factores te habrán influido en la baja autoestima que comentas. Esta no es la ocasión para hacer una profundo análisis, pero sí que puedes trabajar con tu infancia para liberarte de esas actitudes tuyas que no te gustan. Con tu predisposición y tus ganas de mejorar, seguro que una terapia que te ayudara a trabajar con tu infancia te sería de mucha utilidad.
Sobre las preguntas que planteas, es posible criar a los hijos sin tener que pegarles ni castigarles. En esta misma página, puedes encontrar algún artículo sobre este tema:
Infancia, educación emocional y límites.
Y también puedes consultar la web de una estupenda psicóloga que habla sobre esta otra manera de educar sin tener que recurrir a los castigos:
http://www.sincastigos.com
Si tienes alguna duda más, no dudes en consultarme.
Un saludo,
Ramón
Primero de todo decirte Ramón que descubrí tu página hace unos días y tus artículos me parecen fantásticos.
Yo he sido una niña víctima de malos tratos emocionales y físicos (el típico cachete) de pequeña, he tenido que oir repetitivamente desde que tengo memoria que era una inútil, que no servía para nada, insultos, abandono….
De adolescente acabe cayendo en las garras de las drogas y el alcohol y gracias a Dios con ayuda y comenzando mi proceso de crecimiento personal pude salir de todo eso.
Ahora soy madre (monoparental) y desde que me quedé embarazada, he leido, asistido a cursos de crianza y me he informado todo lo que he podido para no repetir los patrones conocidos que comencé a reconocer ya en mi.
Yo se que todo mi recorrido en esta vida proviene de mis raices, y que mi etapa en activo o mi monoparentalidad también es el camino que ha marcado mi historia.
Aún estoy en proceso de crecimiento (como liberarme de los resentimientos con mis progenitores, entiendo de cabeza que ellos lo padecieron, pero aceptarlo emocionalemente es mucho más complejo) pero estoy dispuesta a todo con tal de no repetir los patrones de violencia con mi hija.
He cometido fallos con ella, porque la violencia sufrida surge como una bestia de mi interior y me he sentido muy triste y culpable, pero ahora me voy dando cuenta si me equivoco en mi forma de actuar, de cuando comienza a surgir esa violencia (la ira), consigo parar y usar las herramientas que me han ido enseñando….entonces intento levantarme y seguir aprendiendo con más fuerza a cambiar mis patrones de conducta tan anclados en mi.
Logicamente esto no puedo hacerlo sola, y llevo muchos años con ayuda para aprender a llevar una vida “normal” y para poder dejar a mi hija crecer en libertad y enseñarle y darle las herramientas para que sea ella misma.
Esto es solo un resumen, la realidad ha sido mucho más dura;
pero es solo un reflejo más de las consecuencias de este tipo de violencia permitida en los niños.
Aún hoy en día, cuando intento aplicar lo que aprendo con mis padres, e intento mirarlos con amor, intentando entender que me han dado lo que les dieron a ellos…Cada vez que digo algo que voy a hacer y mi padre me responde que “estas loca”, o le llaman “tonta” a mi hija, no puedo evitar ponerme enferma… Así que aún tengo mucho trabajo por delante..
Es curioso que mi hija a la única persona que trata mal, insulta y pega es a mi madre… Imagino que cuando yo me doy la vuelta, mi madre la acosa y le dice las típicas frases de “eres mala”, “si eres mala no te voy a querer” y esas cosas y por eso la niña reacciona así.
Mi hija tiene 3 años, yo intento siempre decirle que intente no pegar y que si está enfadada o le molesta algo lo diga, pero no consigo que deje de hacerlo, e incluso ahora alguna vez me dice “mala” a mi, lo que pasa es que yo me rio y le hago cosquillas y se acaba riendo conmigo…
Como crees que puedo enfocar esta relación que está estableciendo con mi madre. Tengo que intervenir de alguna forma? Intentar explicarle a mi niña estas actitudes?? No se muy bien que hacer ante esto.
Gracias de antemano.
Estimada Lau,
Gracias por tus palabras sobre el blog. Nos anima mucho saber que a mucha gente le sirve.
Sobre la situación que me comentas, imagino que es muy difícil ser madre monoparental y que necesitas la ayuda que te dan tus padres. De todas maneras, muchas veces, ese tipo de ayuda es un arma de doble filo, ya que debes aguantar que tu hija pase tiempo con ellos (con los graves efectos secundarios que esto conlleva).
Parece que la influencia de tu madre altera a tu niña y no es, para nada, un buen modelo. La maternidad te debe servir para madurar y liberarte de viejos patrones de sumisión con tus padres. Debes tratar de hablar con ella como adulta y madre que eres (no como su hija infantilizada) y marcarle los límites de cómo quieres o no quieres que trate a tu hija.
Por otro lado, sería muy sano para todos que pudieras encontrar otros apoyos (amigas, grupos de crianza, etc.) para no tener que depender tanto de tus padres y puedas poner algo de distancia entre vosotros.
En fin, Lau, es muy difícil evaluar o aconsejar desde la distancia, pero espero haberte podido ayudar.
Un saludo,
Ramón
En primer lugar decir que me parece muy razonable todo lo que comentas y que tus conocimientos como psicólogo te avalan. Nosotros tenemos tres hijos y mi mujer siempre se ha preocupado de leer todo lo posible acerca como educar a los hijos de la mejor manera posible.
Hemos utilizado el método Estevill y no consiste en dejar llorar a los niños durante horas. Lo cierto es que se trata precisamente de lo contrario; acercarte cada poco tiempo con ciertas pautas para calmarles y que no sientan que les estas abandonando. Nosotros les hemos sacado de la cuna cuando ha hecho falta y nunca les ha faltado ni besos ni abrazos ( puede que no sea el mejor de los métodos pero se acostumbran a dormir seguido). Me gustaría en este sentido un artículo más profundo por tu parte.
Por otra parte, yo he recibido una educación muy severa y procuro no llevarla a cabo con mis hijos aunque es cierto que alguna vez puedo perder los nervios; reconozco que es algo que tengo que erradicar pero hay ocasiones en que pierdo la paciencia. Mi mujer sin embargo tiene una gran capacidad de comprensión con los niños y por eso requieren más su atención; su tiempo con ellos es mas aleccionador y constructivo. Yo paso mucho tiempo con ellos y nos reímos mucho porque tengo imaginación y me invento historias o bromeamos; pero no se jugar con ellos mucho tiempo o estoy deseando tener ratos para mi mismo. Es cierto que la educación recibida es una rémora que arrastras toda tu vida pero eso no supone la imposibilidad de cambiar a mejor o educar a tus hijos de otra manera. De hecho los padres de mi entorno estamos a años luz de nuestros padres respecto a la implicación y dedicación en el cuidado de los hijos. La psicología no es una ciencia exacta y si bien esta claro que la educación infantil tiene un poso inmenso en nuestro comportamiento y actitud adulto ( lo digo por mi mismo- me reconozco en alguien acostumbrado desde niño a obedecer por miedo y con cierto temor a enfrentarme a situaciones adversas-; pero esto no es algo inmutable y que no se pueda mejorar ( de hecho mi relación con mis tres hijos ( un niño y dos niñas) es mil veces mas afectuosa y fluida que la que yo tuve con mi padre, al que no le guardo rencor y que como abuelo esta comportándose como un ser muy cariñoso ( de hecho me toca a mi reñirle porque se pasa el día dando caprichos). Y es que educar nunca ha sido fácil. Gracias por escucharme y enhorabuena por la página.
Como curiosidad malévola me gustaría saber si tienes hijos y que tal se te da ser padre jejeje
@ Miguel
Sería muy bueno que acompañaras a tu mujer en sus lecturas sobre la infancia y la crianza. Te recomiendo empezar por Carlos González.
Coincido contigo en que nuestra generación cría de manera diferente a como lo hicieron nuestros padres o abuelos. Aun así, no debemos bajar la guardia porque siempre hay cosas que podemos mejorar.
Y sí, estoy preparando otro artículo, precisamente sobre lo que comentas de entrar a la habitación para calmar al niño y volver a salir para que se duerma. Espero tenerlo listo en unas semanas.
Un saludo,
Ramón
Gracias por la contestación; estoy de acuerdo con lo que comentas en tu respuesta. No obstante, entiendo que tratar el método Estevill como maltrato a la infancia me parece exagerado aunque se pueda estar en contra o poner serias objeciones a dicho método. Si no recuerdo mal explica también que no debe aplicarse en ningún caso hasta los 6 meses pero lo tendría que repasar;de hecho no suele hacer falta más de dos o tres días para que duerma regularmente. Por otra parte puedo constatar con la experiencia que un niño que duerme bien está mucho mejor durante el día y puede disfrutar mas de toda la jornada. No obstante creo que mal orientado o ejecutado si puede ser un método contraproducente pero con sentido común puede ser una herramienta para que tanto el niño como los padres puedan descansar. Que los padres descansen de manera correcta es sin duda un elemento importante para poder criar a los hijos con la atención requerida y no perder la paciencia por estar hecho polvo; métodos como el colecho o la crianza con apego me parece que obvian o no le dan la importancia que requiere a un aspecto esencial y que no debe perderse al tener hijos- esto es- la necesidad de intimidad y tiempo para cuidar la pareja. De esto te vas dando cuenta con el tiempo, más aun si tienes tres hijos porque es algo fundamental para que la familia y la relación vaya por el buen camino. Y que no se malinterprete que no estoy hablando de colocar a los hijos cada dos por tres sino de encontrar momentos aunque sean cortos para estar con tu pareja incluso dentro del propio hogar.
Gracias por todas tus explicaciones y espero leer el artículo que mencionas.
Saludos
Muchas gracias por este post. Soy de Venezuela y soy madre primeriza. Estoy pasando por una etapa donde mi hija se despierta de madrugada y no quiere dormir más en su cuna, y todos a mi alrededor apoyan esas teorías de dejarla llorar, hasta la pediatra, el primer día lo intenté, la dejé llorar cinco minutos… Pero jamás había llorado con tanta tristeza! No pude aguantarme y la metí en nuestra cama y así seguimos… Gracias por hacerme sentr que no estoy equivocada en mi decisión de no dejar llorar a mi bebé xq me necesita.
Ahorita leyendo otros comentarios, quise compartir una situación de mi vida. Mi papá me crió junto con mis dos hermanos mayores prácticamente sólo, mi madre nos abandonó y tuve una madrastra. De pequeña sufrí muchos maltratos por parte de los dos, tanto que tengo una cicatriz en el rostro debido a sus malos cuidados… Durante muchos años mi padre me maltrato física, verbal y emocionalmente, me humillaba y tuve que trabajar desde los quince años para terminar la secundaria, en fin, hasta los 18 años que me alejé de él, luego por cosas de la vida pues volvimos a comunicarnos y quedé embarazada, y por cuestiones de dinero mi esposo y yo vivimos con el durante seis meses en los que nació mi hija. En este tiempo se portó peoooor de lo que se habia comportado jamás, y decidimos mudarnos… La cuestión es que él, mi padre, ahora quiere ver a mi hija, que apenas está de siete meses, y yo no quiero que la vea, no quiero que comparta tiempo con una persona tan mala, yo he superado todo el daño que me hizo pero no quiero que mi hijita tenga que vivir esas cosas y esos malos tratos que yo viví, estaré obrando mal? Siento que es mi deber como su madre protegerla y cuidarla. Como hago para que mi padre entienda mi postura? Por favor guíeme, algunos me dan la razón, otros no
Estimada Adriana,
La mayoría de los pediatras saben de enfermedades y no sobre sueño infantil. Su opinión en este asunto tiene el mismo valor que la de la tendera de la esquina. Tu bebé te necesita y donde mejor está es contigo. Si no hay ningún inconveniente, duerme con ella.
Siento muchísimo los malos tratos que sufriste y que has seguido sufriendo hasta hace muy poco. En casos como el tuyo, lo mejor es poner distancia para que tu padre no repita con tu hija lo mismo que hizo contigo. Ya has comprobado que él no va a cambiar.
Tú eres la madre ahora, tú eres la responsable de tu hija y la que sabe lo que es mejor para ella.
No hay una forma fácil de hacérselo entender a tu padre. Se resistirá y te tachará de loca. Pero recuerda que ya no necesitas su aprobación. Tú eres ahora la adulta y la madre de tu hija.
Te envío un abrazo y te deseo lo mejor !!
Ramón Soler
Sigo creyendo en la importancia de la generación de vínculos afectivos y considero que la lactancia a demanda tiene efectos enormemente saludables (incluso en la conciencia de saciedad y en el autocontrol alimenticio). Pero sigo sin ver (por motivos que ya expliqué en mi comentario en la primera parte de este post) la relación directa, tal y como establece el autor del post, entre el método King y/o el Estivill y el Conductismo.
Me sigue dando la impresión de que se meten todas estas técnicas como ejemplos de los perjuicios de seguir una perspectiva científica (monista, determinista y materialista) en el estudio del comportamiento humano, queriendo asociar el impacto emocional de ver según qué imágenes (asociada con ciertas tecnologías) con la filosofía que sustenta el Análisis Experimental del Comportamiento (el Conductismo). Las tecnologías están limitadas por las posibilidades de manipulación de las variables causales identificadas por la ciencia, por la creatividad y habilidad de los técnicos, por los condicionantes éticos y materiales, etc. Pero que a una persona no le sirva la economía de fichas (por ejemplo) para instaurar un comportamiento determinado no significa que el reforzamiento positivo no funcione, su falsación debe de realizarse bajo condiciones equiparables, fundamentalmente relacionadas con el control de variables.