“Si hay mujeres que aprenden unas de otras, las creencias y la manera de hacer las cosas pueden cambiar.” Jean Shinoda Bolen
Mi abuelo Ramón era cocinero, más artesano que artista pues, durante su vida laboral, trabajó en el comedor de empleados de una gran empresa. Tal vez, no fuera el cocinero de un restaurante de cinco tenedores, sin embargo, su amor por la cocina siempre ha sido inquebrantable (aún hoy con más de ochenta y cinco años sigue cocinando a diario). Considero este amor por la cocina de mi abuelo su mejor legado y el más entrañable recuerdo que tengo de él. Desde que tengo memoria consciente, le veo, siempre que iba a su casa, entre ollas y sartenes, cortando, picando o rebozando. No es que yo le prestara una especial atención, para mí era normal verle cocinar. Nunca me explicaba lo que estaba haciendo y no creo que tuviera interés por enseñarme a cocinar. Yo, simplemente, pasaba de vez en cuando por donde él estaba y le veía cocinando.
Ahora que soy mayor, he descubierto que tengo un don especial para la cocina. Conozco los pequeños trucos para freír almendras o hacer empanadillas, sé cuándo hay que añadir tal o cual ingrediente sólo oliendo o escuchando lo que se está cocinando, aprendo nuevas recetas con facilidad y soy capaz de improvisar con buen resultado.
Tras diversos estudios, hoy en día se sabe que, desde pequeños, nuestro inconsciente capta mucha más información de lo que percibimos racionalmente. Según algunos investigadores, el cerebro procesa 400.000 millones de bits de información por segundo, pero sólo somos conscientes de 2.000. Toda esa información, aunque no nos demos cuenta, queda almacenada en nuestro interior en el mismo momento en el que la recibimos. Incluso muchos años después, cualquier situación que vivamos puede activar esa información oculta y conectarnos con experiencias del pasado. En consulta, vemos constantemente ejemplos de esto cuando algunas situaciones del presente nos reactivan experiencias negativas del pasado.
En esta entrada, quiero centrarme en el aspecto positivo de esta manera de funcionar que tiene nuestra mente, es decir, en la forma en la que captamos información y en cómo podemos aprovechar ésta en nuestra vida futura. Tenemos que tener en cuenta que recopilamos información de todas las experiencias que vivimos, no sólo de los traumas. Todo lo que captamos a través de los sentidos pasa a formar parte de nuestra experiencia vital.
Os cuento todo esto porque cuando leo o escucho a expertas en antropología, crianza y demás, hablar sobre la lactancia, muchas mencionan que uno de los factores que causa que hoy en día tengamos tantos problemas de lactancia es que la mayoría de nosotros ya no hemos vivido en una comunidad donde la lactancia materna fuera habitual. Muchas madres de hoy, fueron víctimas del boom del biberón de los años 70 y del mito de la “leche mala” que le contaban a nuestras madres para introducirles la lactancia artificial.
Dicen las expertas que el no haber tenido un modelo de lactancia dificulta que muchas madres “sepan” dar el pecho a sus hijos. Por poner un ejemplo de nuestros primos los homínidos, los encargados de los zoológicos se han percatado de que las hembras de chimpancé y de orangután criadas en cautividad tienen verdaderos dificultades con la lactancia, como si no supieran dar de mamar a sus bebés. Para solucionar esto, les ponen vídeos de otras hembras amamantando o, incluso, algunas necesitan pasar una temporada con ellas para aprender.
No quiero dejar de mencionar el hecho de que la lactancia es innata en los bebés, ellos, no necesitan que les enseñen, si se les deja, saben buscar el pecho de la madre nada más nacer. Esto podría hacernos pensar que para una lactancia exitosa, sólo habría que dejar hacer al bebé, sin embargo, el problema de fondo está en que muchas madres cargan con toda una vida de programación en contra de estos instintos. Condicionamientos inconscientes negativos que acaban en muchos casos derivando en lactancias fracasadas, incluso en muchas mujeres cuya firme determinación es la de alimentar a sus hijos con su propia leche.
Evidentemente, existen muchos más factores que influyen en los problemas actuales de lactancia. Tenemos partos excesivamente intervenidos y medicalizados, madres separadas de sus bebés en las primeras horas tras el nacimiento, abuelas que fracasaron en sus lactancias y boicotean las de sus hijas y nueras con comentarios negativos, y otros muchos motivos, pero, creo que no se le ha dado la suficiente importancia a este factor, que estamos comentando hoy, de la interiorización de la información y, por ende, del aprendizaje gracias a los modelos adecuados. Ni yo mismo me había percatado de lo básico que resulta ver amamantar a otras madres del entorno hasta que he entendido de dónde venía mi “instinto” para la cocina. Si no hubiera visto cocinar a mi abuelo (además de mis abuelas, tías y madre) durante la infancia, no creo que ahora cocinara de manera tan natural.
Si nuestras niñas no ven modelos de lactancia en sus madres, tías o amigas, cuando ellas sean madres, tendrán más probabilidad de desarrollar problemas con la lactancia de sus propios hijos. Debe haber un cambio social hacia la aceptación de la lactancia como algo natural, saludable y muy beneficioso para bebés, niños y mujeres. Ver a las madres dar el pecho debería ser lo habitual en las casas y, también, en la calle, los parques y los centros comerciales (algo como sucede en Mongolia, según relata esta madre). Es imprescindible que las niñas de hoy puedan ver a las madres amamantar.
Por desgracia, las campañas publicitarias a favor de la leche de fórmula tuvieron un efecto devastador en los años 70 y 80. Aún hoy en día, aunque tienen algunas pequeñas restricciones, todavía nos siguen vendiendo la leche artificial (que no es sino leche de vaca modificada más otros añadidos) como una alternativa equivalente a la leche materna. Esto ha calado tan hondo que he llegado a ver en las jugueterías algo tan demencial como un peluche de una mamá chimpancé, con su bebé y SU BIBERÓN (podéis ver la foto arriba). Incluso, en los modernos y respetuosos centros comerciales que ofrecen una sala de lactancia donde las madres pueden ir a esconderse para dar de mamar, el cartel de la puerta representa un biberón. El tabú es tan grande que no se permiten poner ni siquiera un pecho, aunque sea dibujado. Aquí tenéis un ejemplo:
¿Qué modelo de lactancia están recibiendo y almacenado las niñas que serán las futuras madres de nuestra sociedad?. No sólo no están interiorizando la lactancia materna, sino que están grabando en su inconsciente que lo normal es el biberón. Imagino que si no tienen la oportunidad de aprender la lactancia por observación, tendrán los mismos problemas que los orangutanes criados en cautividad. De hecho, es lo que está pasando en las últimas décadas.
Mientras esté mal visto y se castigue socialmente dar la teta en público, las niñas no interiorizarán el modelo más sano y natural que supone la lactancia materna.
Por fortuna, cada vez hay más familias que se organizan en grupos de apoyo a la lactancia, hay protestas cuando una madre es recriminada por amamantar en cualquier sitio (centros comerciales, museos, etc.) y en casi en todas las ciudades, se puede encontrar ayuda si se necesita.
Las nuevas generaciones deben ir normalizando la lactancia para que el modelo que reciban sea el correcto. De esta manera, los efectos beneficiosos para la salud de la lactancia materna se extenderán a toda la sociedad y, con toda probabilidad, tendremos muchos menos problemas de salud.
Para finalizar, me gustaría hacer una pequeña encuesta entre vosotras y saber cómo fueron vuestros modelos de lactancia en la infancia y cómo fue la lactancia de vuestros hijos, si tenéis. ¿Vuestra madre os dio de mamar?, ¿recordáis haber visto amamantar a vuestras tías o a amigas de vuestra madre? Si tenéis hijos, ¿cómo fue la lactancia?, ¿tuvisteis dificultades?, ¿cuánto tiempo mamaron vuestros hijos? Después de haber leído esta entrada, ¿encontráis relación entre los modelos que tuvisteis de pequeñas y vuestra experiencia con la lactancia?
Texto: Ramón Soler
Fotos: Ramón Soler
Magnífico artículo, Ramón!!!
Lo de “breastfeeding room” y al lado un biberón, clama al cielo!!!
Respondiendo a tu pregunta,creo que en mi caso no se cumple.
Mi madre no me dio de mamar si no unos pocos días, y puedo decir que no vi a nadie dando teta casi jamás en mi vida. Ni de niña ni de adulta. Sigo viendo a muy pocas poquísimas en mi entorno.
En mi caso la lactancia funcionó espontáneamente, porque parí con una matrona informada y respetuosa que me colocó a la niña encima nada más nacer, y salió mamando de la sala de partos.
Tenía cierta (poca, vista a la luz de hoy, pero alguna) información que había aprendido en foros de madres durante el embarazo, y tuve el apoyo de esa madre mía que no me dio de mamar, pero que me ayudó en todo en los primeros meses para que yo solo tuviera que dedicarme a alimentar a la niña.
Evidentemente, la “cultura” de la lactancia desde la infancia, haría las cosas mucho más fáciles.
Un abrazo y muchas gracias por tocar este tema!!!
Si, recuerdo haber visto a mi madre dándole pecho a mi hermanito menor. Y mágicamente, esa imagen vino a mi mente la primera vez que prendí de mi pecho a mi hija mayor!
Hoy voy por mi tercer hijo, mi tercera lactancia, con mucha más experiencia. Durante la primera vez aprendí a los golpes, pq si bien mi mamá nos dió el pecho a mi y a mis hermanos, también nos crió en los 80 y prontamente la convencieron de que la leche no alcanzaba, no servía y debia ser complementada. Y esas cosas, culturales, tradicionales, no pueden evitar pasarlas de generación en generación. Gracias al cielo soy una persona curiosa, que investiga y por eso tuve lactancias exitosas.
Mis hijas mayores juegan a darle teta a sus muñecos, dicen que tienen mucha leche y curiosamente, su bisabuela paterna se enoja al verlas… esa reprobación de antaño, ese tabú latente. Inmediatamente las felicito y le digo a la señora en cuestión que es lo correcto, que es lo natural: la mamá humana alimenta a su bebé con su leche humana. No hay nada reprobable en eso!
Espero poder hacer cuña en sus mentes para el día de mañana y promover siempre la curiosidad por investigar y no dejarse llevar por tradiciones o tendencias culturales.
Excelente nota!
PD: antes de empezar a leer, miré la fotito del mono con su biberón-banana y me quedé tildada… de no creer, realmente!
Pues yo, quizá por haber vivido siempre en entornos rurales, sí que vi madres amamantando durante toda mi infancia: mi madre, mis tías, vecinas… Y las escuchaba hablar de cosas como “lo cargado que tenían el pecho, a ver si se despierta pronto y mama un poco”. Creo que el simple hecho de recordar esas conversaciones es un ejemplo de ese aprendizaje del que hablas, porque estoy segura que, a mis 5 o 6 años, no estaba prestándoles mucha atención. Ahora, también hay que decir que a todas esas madres de las que hablo las engañaron bien engañadas con los 10 minutos de cada pecho, el imprescindible biberón de apoyo y demás milongas, y no creo que ninguno de aquellos niños mamara más allá de los 9 meses. Mi hermana menor fue destetada a la fuerza con menos de 2 meses porque la baja maternal no le sirvió a mi madre para evitar un curso intensivo de formación que la tuvo fuera de casa 12 horas al día durante mes y medio ¡vivan los derechos sociales!! (por cierto: era agosto, y mi madre maestra, así que no sólo estaba de baja sino también de vacaciones, pero eso ¿qué importancia podía tener?)
Mi experiencia con mis hijos… estupenda. El mayor lo dejó con 28 meses, el pequeño tiene 23 y sigue, ni un solo problema. Pero tuve suerte: hospital muy respetuoso, mucha información (marido enfermero que hizo cursos sobre lactancia unos meses antes) y una vez más un entorno rural, en el que nacen pocos niños pero casi todos toman pecho, ahora además con la ventaja del apoyo y la información del hospital que tenemos la suerte de tener. Ciertamente, el entorno nos condiciona para todo en esta vida, queramos o no.
Me encanto este artículo, sencillo, claro y verdadero. Te cuento que en mi caso se cumple completamente tu teoría. Mi mamá me dió seno 3 meses nada más, pero vi como lo hacía con mis hermanos, principalmente con el menor (yo ya era una niña… de 10 años). Además vi a mi tía amamantar a sus 4 hijas. Nunca tuvo ningún problema con el tema. Yo era una adolescente y, viví con ella varios años, a medida que nacieron sus tres últimas bebés. Tal vez por eso nunca dude que yo podía amamantar a mi bebé cuando lo tuviera. Era algo fácil para mi. Inconscientemente conocía como hacerlo y nunca dude que me iba a salir mucha leche. Efectivamente hoy 6 meses después de que nació Sara puedo decir que la lactancia ha sido algo natural y fácil para mi. Nunca se me quebraron los pezones y tengo leche para dar y repartir. Espero que Sara y toda mi descendencia pueda tener más modelos de lactancia materna a la vista de los que yo tuve para que podamos, poco a poco, recuperar este instinto natural de nuestra especie.
Gracias a todas por vuestros comentarios.
Es tremendo cómo la generación de nuestras madres sufrieron la falta de información y la manipulación de médicos y empresas lácteas de los años 60 y 70.
@ Julie, qué bueno lo que cuentas del recuerdo que te vino al ponerte a tu primera hija al pecho. Es una auténtica regresión en vivo.
Parece que una conclusión que podemos sacar es que nuestro maravilloso cerebro flexible puede compensar la falta de un modelo adecuado con mucho interés y mucha investigación sobre el tema.
Lo positivo es que, granito a granito, vamos cambiando.
Yo no tuve ningún modelo de lactancia más que las perritas que tuvimos de mascotas. Sin embargo en mi país muchas mujeres dan el pecho en público sin ninguna pena. Creo que eso me ayudó, además pensar que si una perra o una vacan pueden, porqué yo no???
Ahora que le doy el pecho a mi hijo me doy cuenta el efecto que tiene, corrobora al 100 tu artículo, ya que mi sobrina, 2 años mayor que mi hijo, jugaba con sus muñecas y biberones, sin embargo luego de verme darle el pecho a mi hijo empezó a jugar con sus muñecas dándoles el pecho, lo más gracioso es que se levantaba la blusa y hasta finjía que se ajustaba el sosten!
Me parece una verguenza que en algún centro comercial pongan un rótulo como el que publicas, es que me gustaría estar allí para darle el pecho a mi hijo en el lugar más público y transitado de dicho centro!
Hola,
yo no he podido amamantar ;))), pero cuento la experiencia con mi pareja: ni ella ni yo fuimos amamantados y no hemos tenido modelos cotidianos y cercanos. Sin embargo, con información y ganas (no tras salvar muchos reproches y prejuicios de nuestro entorno), hemos conseguido que nuestra hija nos pidiera su “postrecito” hasta bien pasados los 3 años! La verdad es que estamos muy contentos y orgullosos por ello (yo en mi pequeña medida…).
Por cierto, ¿sabéis que Facebook se vio “obligada” a reabrir la cuenta de una psiquiatra chilena, que habían cerrado previamente, por considerar “obscena” una foto en la que aparecía amamantando a su hijo?. Os dejo la noticia:
http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Facebook/reabre/cuenta/acepta/foto/madre/amamantando/hijo/elpeputec/20110210elpeputec_2/Tes
Es curioso que en la fuente: “Ciberpais”, cuando apuntas a la primera noticia (cuando cierran el perfil), ya no aparece y sólo sale cuando reabren el perfil.
Saludos.
Yo tampoco he tenido modelos de lactancia. Creo que nuestra generacion ha perdido esos modelos con la introduccion de las leches de formula en los años 70.
Yo decidi dar el pecho y no el biberon porque soy una persona inquieta y rebelde por naturaleza, y siempre cuestiono si lo que hace la mayoria es lo mas acertado. Con un poco de ganas por saber por el tema, a pesar de no tener modelos de lactancia en mi entorno, es facil ver que lo mejor para cualquier bebe es la leche de su madre.
Yo, ya desde antes de que naciera mi chiquitín, busqué el apoyo de un grupo de lactancia para que me ayudara desde el principio. Mi madre cayó enferma nada más nacer yo y no pudo amamantarme como le hubiera gustado, aunque en casa siempre he visto a mis tías y mi familia hacerlo, y yo sentía que eso era lo que quería para mi pequeño.
No sabemos qué es lo que fue mal… ni siquiera mi doula pudo darme las razones, ¿postura ¿succión? nadie lo sabe, pero el peque lloraba prácticamente a todas horas y mi marido y yo sufrimos como nadie. Mi bebé iba adelgazando más cada día desde que nació, superando con creces el 10% habitual. Pasó de 3.500 a 2.100, teniendo que ser hospitalizado por una gran subida de la bilirrubina, y mientras los médicos me recomendaban leche de fórmula, mi grupo de apoyo seguía insistiéndome en que me negara, que continuara, que la naturaleza es sabia. En un día más, mi niño tuvo que ser sondado, volvió a perder peso, y comenzamos con la lactancia artificial. ¡¡¡Volvió a nacer!!! En menos de dos semanas conseguimos salir del hospital y llegar a casa con nuestra familia. Ahora con 3 años, es un niño contento, sano, feliz y muy unido a sus padres.
Con esto vengo a decir, que si quizá yo no hubiera estado tan “ciega” o tan marcada por este grupo de lactancia “via láctea” a lo mejor desde el principio hubiéramos podido disfrutar de nuestro bebé sin los disgustos y los sustos que nos tuvimos que llevar, y sin conocer los problemas que podría tener a largo plazo.
Lactancia materna??? SI, ¡POR SUPUESTO! ahora estoy embarazada, y con mi próximo hijo va a ser así. Pero esta vez, si se repite la historia, tengo muy claro que no voy a sacrificar la salud de mi bebé, por unas ideas sectáreas que no se permiten ver más allá.
Lactancia para nuestros bebés; respeto para todos.
Gracias, Eva, por escribir esas líneas compartiendo tu historia.
Evidentemente, hay casos en los que la leche artificial puede salvar vidas de bebés que no han podido tomar leche materna. Son pocos, pero los hay. En esos casos, sí que está justificada. Una pérdida de peso tan exagerada como la de tu hijo puede ser uno de esos casos. No sé qué pudo pasar, hay muchos factores.
Se puede criar perfectamente con respeto y apego a pesar del biberón. Tengo medio preparada una entrada sobre esto.
Lo que no está justificado es renunciar a dar el pecho a priori. Por eso me gusta tu actitud para tu segundo bebé, informada, pero sin extremismos.
Un saludo,
Ramón
Paseando con mi bebé, mi ángel, mi otro yo, por Córdoba la llana. Va camino de los 8 meses. Se pone protestón, es hora de su teta. Empieza a chispear. Ahora ya llueve de verdad. Menos mal que he echado el plástico del carrito. Paso por el corte inglés. Bien, aquí encontraré un sitio. Pido a la chica de la entrada que me diga dónde está la sala de lactancia. Me dice que me peine. Que no hay.
Na, ya se le ha ido todo el glamour a este híper.
¿Se podrá reclamar? ¿Tienen obligación este tipo de superficies de tener salas de lactancia?
Saludos.
Hola!
Pues comparto mi experiencia, Ramón, tal como solicitas:
No me dieron de mamar y a mi hermano tampoco. En las fotos que tengo de pequeña siempre estoy enferma y con mi biberón (me rompe el alma verme allí sola con un aparato de plástico y sin defensas, la verdad).
Yo tuve mucha suerte y di con una matrona medianamente metida en el tema de la crianza natural y me introduje poco a poco en todo este gran mundo, empezando por el ya tan conocido Carlos González, foulares, pañales ecológicos, colecho…
Pasé de un “si puedo, daré pecho” con mi primera hija (que tiene ahora 25 meses y AFORTUNAMENTE me sigue pidiendo pecho toooodo el rato) 🙂 a un “VOY A HACER lactancia en tándem”, pues salgo de cuentas en dos semanas y estoy decididíiiisima.
Y sí, he tenido y tengo que seguir enfrentándome a gente con prejuicios y mal informada y, mi mayor miedo no es qué me dirán a mí, sino las barbaridades que dicen delante de la niña, en este caso y que eso ella lo recoja de alguna manera y lo “vaya asimilando”. Por eso me enfado tanto cuando lo hacen…porque son unas inconscientes.
Gracias por tu artículo!
Tengo una bebe de 10 meses que amamanto a libre demanda con éxito y apoyo de parte de mi pareja, la pediatra, mis padres y familia cercana. Nunca vi a nadie de mi familia ( primas o tías) amamantar. Mi madre le dio pecho a mi hermano menor. Tal vez de ahí mi inconsciente tiene información, por que yo no lo recuerdo. Vivo en México, sociedad machista pero amamanto en publico, no me importa lo que la gente piense y así lo seguiré haciendo. Y como dicen en una sociedad paternalista amamantar es un acto revolucionario!
Muy cierto tu articulo, e indignante el trato que nos da la sociedad o parte de ella, mas los medios.
Nos solo el cartel muestra el biberón, sino que el amamantamiendo se espera en reclusión en una habitación especial fuera de la vista, al nivel de un baño publico.
En mi caso mi mama no nos dio teta mas de tres meses(entre otras razones para que no se le cayeran los pechos)No tuve entorno lactante, mis primos tomaron formula.
Pero yo Estuve 6 años de novia antes de casarme, me tome 6 años mas antes de estar segura de buscar un bebe, y cuando lo hice me interiorice, leí mucho, y desde ya quise tener un parto natural y darle pecho a mi bebe(en ese entonces hasta los 6 meses creía..)
Mi parto termino en cesárea por lo que la lactancia no se me iba a escapar de las manos ni muerta! y por mas que me costo porque mi bebe fue de bajo peso y le costaba agarrar mi tetota con su boquita minima, lo que me lastimo mucho los pesones, y a pesar de las presiones de la pediatra porque o subía de peso lo que esperaban o le daban formula, me las jugué y la luche esos 1eros 10 días hasta que le encontre la mano y me di cuenta que nací para esto.
Llevamos 20 meses y con ganas de acompañar a mi hija hasta que este lista para dejarla, a contra marea, haciendo oídos sordos a mi madre y todo aquel incluso el pediatra que están horrorizados con mi postura.
Y me da orgullo ver que mi pequeña Capri le da la teta a su muñeca, no solo a una sino hasta a dos a la vez y las cambia de teta cuando “dicen” otra como ella 😉
@ Carolina, gracias por contarnos tu historia. Desgraciadamente, a veces, hay que luchar contra marea para conseguir dar el pecho. Lo peor es encontrar pediatras desactualizados que están en contra de la lactancia materna. En fin, si tú lo tienes claro, pues adelante. La mejor recompensa, como dices, es ver a tu hija sana y contenta.
@ Débora, como dices, seguramente, viste a tu madre amamantar a tu hermano y tienes ese recuerdo en tu interior. Me alegra tu actitud. Seguro que puedes servir de modelo para que otras madres se animen a dar el pecho.
@ Keipo, Enhorabuena (con retraso). Espero que estés disfrutando de la lactancia en tándem.
@ Paloma, desconozco la legislación, pero una gran superficie como el Corte Inglés debería tener salas de lactancia.
Saludos y gracias a todas por vuestras aportaciones al blog,
Ramón
No tuve modelo, sin embargo, he amamantando a mis dos hijos, aun Lo hago con mi hijo de 2 años. Al principio no fue facil pero se impuso nuestro instinto. Lo que quiero compartir es lo Que mi hija de 7 años dice al jugar con muñecas con biberon (en Venezuela, tetero), dice que son teteros de leche materna porque ella no es la madre, es la hermana mayor o cuidadora, a veces dice Que la madre murió y Que ella nunca será madre. Todo lo Que tiene Que inventar para integrar el juguete
Hola Ramón,
mi experiencia con la lactancia a sido muy buena. Seguimos con la lactancia, mis hijas son mellizas y ahora tienen 3 años y 2 meses. De siempre sabía que quería dar pecho cuando tuviera hijos, al saber que venían dos bebés, todo el mundo se encargo de hacerme saber que era imposible lo que quería, pero algo dentro de mí decía que por lo menos intentarlo. Cuando fui a mi primera clase con la matrona, nos preguntó antes de nada, que es lo que queréis saber? Mi pregunta fue ¿Se puede dar pecho a dos bebés? Cuando la matrona me dijo que si, vi la luz, la primera persona que confiaba (junto a mi marido) en que pudiera dar el pecho a mis niñas.
A mi me dio mi madre pecho 6 meses, porque le dijeron que ya ni tenía pecho. Aunque en realidad lo que no notaba era los pechos cargados.
Vi como daba pecho mi hermano, pero muy poco, porque estuvo en encubadora y luego como no subía de peso le “recetaron” biberón. 20 años después le pude decir ai madre porque no subía mi hermano de peso, y era xq la forma de dar pecho era 10 min de cada.
Y sobre si e visto dar pecho, ahora mismo no recuerdo de nadie aparte de lis 15 días q pude ver a mi madre, pero preguntaré a ver si se me a quedado en el subconsciente.
Gracias x el artículo y hacernos partícipes.
Qué verdad tienen tus palabras Ramón. Mi madre nos amamantó a mi hermana y a mí cinco o seis meses. Lo dejó por falta de apoyo y porque el pediatra le insistió que nos hacía daño la leche por su nivel de estrés. Yo continúo amamantando a mi nena de 25 meses. Pero me doy cuenta de que tuve que “luchar” por nuestra lactancia. Parece que en ves de salir natural se necesita mucha preparación y asesoría. Te felicito por tu blog. Saludos.
en mi caso ha sido lo contrario a mi madre y mi entorno: mi madre recomendada por un pediatra de “pago” me quitó la teta en la cuarentena, en mi entorno no han dado teta más allá de las 16 semanas de baja maternal y no se explicar por qué desde antes de quedarme embarazada de mi primer hijo empecé a investigar sobre partos respetuosos,etc. Y lo de dar el pecho lo he tenido con mis tres hijos tan claro por el amor que tengo hacia ellos, como les voy a dar otra leche que es más mala que la mia! y no he tenido ningún problema en la lactancia, y eso que tengo el pezón plano.
En mi caso he dado pechó a mis dos hijas. No he visto dar de mamar a familiares o amigos cercanos, mi madre me dio apenas. 15 días, por grietas y como no subía de peso le recetaron biberón.
Con la mayor tuve muchos problemas, casi tiro la toalla, fue debido creo a que estuve en La Paz más de 12 horas si ver a mi niña tras una cesarea….esto dificulto tanto el agarre que tuve grietas, pero conseguí dar el pecho a mi niña durante 12 meses….después de luchar con mi familia, comentarios tipo: eres masoca, que ganas de sufrir, dale el bibe ya….
Luego que porque ponía tanto a l a niña al pecho, si acaba de comer, no han pasado 3 horas….después cuando lo vas a dejar, dormirá mejor con bibe, estas esclavizada etc….que hartura!!!
Ahora hace mes y medio he tenido mi segunda hija, en un hospital respetuoso por lactancia materna, tras contacto piel con piel mi niña mamo perfectamente ella sola, he tenido unas pequeñas grietas pero nada que ver, sin siquiera dolían, y pienso darle de mamar hasta que las dos queramos…
A pesar de los comentarios iguales, acaba de comer….que sí se acostumbrara a dormir contigo,etc….
Lo mejor es que me entra por un oído y me sale por el otro, pero me cansan…..
Ramón me h encantado la entrada!
Enhorabuena, Renata, por todo lo que estás consiguiendo. A veces no tenemos el modelo adecuado, pero el instinto y la fuerza de voluntad puede hacer que muchas lactancias se salven, para beneficio de los bebés y de sus madres.
Gracias por tus palabras,
Ramón
Yo tan solo ví a mi madre amamantar a mi hermana pero muy poco tiempo, por lo menos me sirvió para interiorizar lo útiles que llegan a resultar los discos de lactancia. Y como fue la única experiencia de amamantamiento de mi madre cuando iba a nacer mi hijo me dijo que solo le podría dar 3 meses porque luego la leche se va. Tenía mi hijo unos 8 meses, me pongo a darle de mamar y me dice mi madre “muy se ve tan grande…” Le he dado de mamar a mi hijo hasta los 17 meses, y hubiera seguido pero él ya no quiere engancharse y lo echo de menos… Y conseguí pasar los baches gracias a internet, páginas como la de albalactanciamaterna me ha ayudado y consolado muchísimo, y he tenido el apoyo de mi pareja en todo momento, cuando daba de mamar en público él era como un escudo ante mi propia vergüenza.
Sin embargo cuando le he dado papillas o yogur a mi hijo instintivamente sabía, y es de tantas veces en que he visto a mi hermana comer papilla…
Me ha encantado el artículo!! Mi madre me dio de mamar solo unos meses, lo normal en los años 70, y ella tampoco tomó pecho. Mi padre, en cambio, recordaba perfectamente buscar a mi abuela y pedirle teta al salir del cole, estuvo mamando hasta casi los siete años!! Eso siempre se contaba en casa y él recordaba con nostalgia el sabor de la leche. Mis tías amamantaron todas a sus hijos y mis primas también, muchas con lactancias prolongadas. Yo recuerdo con nueve o diez años quedarme extasiada viendo mamar a una de mis primas, que dejó la teta con casi tres años. Al quedarme embarazada no me planteé otra cosa que no fuera dar el pecho, quería sentir esa magia, pues para mí era algo mágico. Acudí a un grupo de lactancia cuando estaba embarazada y no tuve ningún problema, todo fue rodado y ya llevamos cuatro años y medio, el último año y medio en tándem. Será herencia familiar?
Hola!
Soy la mayor de 4 hermanos y a todos mi mamá nos dio teta más de 2 años. Crecimos muy cerca de mi primos a quienes mi tía también dio teta por bastante tiempo (no sé cuánto).
Cuando nació mi hijo por cesárea, le tomó casi 24hrs engancharse a la teta, pero una vez enganchado no me soltó (mamó a demanda) por 2 años exactos hasta que dejó de pedirme.
Sí creo que el ver a otras dar teta nos ayuda a dar teta más tranquilas y con menos dificultades
Amo amamantar a mi hijo es lo mas hermoso saber q necesita para tomar su teta a veces soy criticada xq lo ven grandecito tiene 26 meses no se hasta cuando va a tomar.no recuerdo ver mucho de chica a mi mama amamantando eso q m siguen 4 hermanos pero siempre e escuchado que es lo mas sano y natural lista en todo momento y eso me basto para poder darle lo mejor de mi para mis hijos amamante a 2 hijos mas
Ramón veo muy importante normalizar la lactancia. Vi de pequeña a mi tia dar el pecho y biberón. Para mi no fue difícil quizás sí con el primer hijo mantener una lactancia exitosa hasta los 40 meses pues desde el tercer mes de vida del bebe recibí mucha presión a favor bibe y otros alimentos
Muchas gracias por vuestros comentarios y por compartir vuestras experiencias con todos nosotros.
Es verdad que muchas madres que no han tenido estos modelos, se informan, conectan con su instinto y comprenden que la lactancia materna es lo mejor para sus bebés. De todas maneras, como bien decís, hay que normalizar la lactancia para que deje de ser tabú y, poco a poco, se vaya extendiendo.
Con mi primera hija, hace diez años, me dieron el folletito de 10 min de cada pecho, etc…a los tres meses (que coincidencia!) tuvimos una crisis y la pediatra me dijo:fuera teta! Y como tpco tenia mucho apoyo en mi entorno…pues el final fue inevitable. Con mi segunda niña me puse firme, y solo la escuche a ella…treinta meses de exitosa lactancia, no sin dificultades debido a su reflujo que nos hacia tener tetadas muy cortas y muy frecuentes….pero nunca en la vida me he sentido tan orgullosa de llegar hasta aqui…y lo que nos queda!